Dios dice: “Creer en Dios es, principalmente, el cambio de la vida en la carne a la vida de amar a Dios, de una vida dentro de lo natural a una vida dentro del ser de Dios, es salir de bajo el campo de acción de Satanás y vivir bajo el cuidado y la protección de Dios, es ser capaz de lograr obedecer a Dios y no a la carne, es permitir que Él gane todo tu corazón, permitirle que te perfeccione y liberarte del carácter satánico corrupto. Creer en Dios es, principalmente, para que Su poder y Su gloria puedan manifestarse en ti y tú puedas hacer Su voluntad, Su plan y seas capaz de dar testimonio de Él delante de Satanás. Creer en Dios no debería ser para contemplar señales y prodigios ni por el bien de la carne personal, sino para buscar conocer a Dios y ser capaz de obedecerle, y, como Pedro, obedecerle hasta la muerte. Esto es, principalmente, lo que hay que lograr. Comer y beber la palabra de Dios es para conocerle y satisfacerle; comer y beber la palabra de Dios te proporciona un mayor conocimiento de Él; sólo después de esto puedes obedecer a Dios. Sólo conociéndole puedes amarle, y alcanzar este objetivo es la única meta que el hombre debería tener para creer en Dios. Si en tu forma de creer en Dios, siempre intentas contemplar señales y prodigios, el punto de vista de esta creencia en Dios es erróneo. Creer en Dios es, sobre todo, la aceptación de Su palabra como la realidad de la vida. Sólo poniendo en práctica las palabras de Su boca y llevándolas a cabo dentro de uno se alcanzará la meta de Dios”.
Extracto de “La Palabra manifestada en carne”
0コメント